Popol Vuh para niños / Morales Santos / Grajeda Mena
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Tres grandes encuentros suceden en esta edición: la voz e historia del pueblo Quiché, la poesía de Francisco Morales Santos, y la gráfica de Guillermo Grajeda Mena. Lo mejor de este encuentro: que todo eso sucede para la niñez lectora. Invitamos a Martín y a Fabiola, dos lectores cómplices y experimentados en la dupla creativa hijo-madre.


Martín:

Antes de leer el Popol Vuh yo ya había escuchado sobre los abuelos y los nahuales. Mi mamá los mencionaba y me leyó libros sobre ellos. A mí se me hizo más fácil llamarlos nahuelos. Ahora que leí el Popol Vuh para niños encontré ahí a los nahuelos y también a otros personajes extraordinarios.

Yo pensaba que leer un libro de 80 páginas tomaría muchos días pero no fue así. Las ilustraciones de cada personaje me ayudaron a imaginar todo lo que estaba leyendo y nunca lo sentí largo. En mi casa ya dijeron que esta versión del Popol Vuh también la deberían de leer los adultos.

Aunque yo ya leo libros solo, este lo leímos con mi mamá en voz alta porque así pudimos comentar juntos las cosas que me sorprendían o me daban risa.

La primera noche me quedé dormido mientras leíamos la creación de los primeros hombres de lodo, luego los de madera y por último los de maíz, me impresionó tanto que los hombres de madera fueran la razón por la que existen los micos, que a la mañana siguiente me levanté contándole a mis papás que soñé toda la noche con monos.

Después aparecieron unos personajes que daban miedo, los Señores de Xibalbá, que me parecieron unos amargados, se enojaron solo porque les molestaba el ruido que hacía la pelota cuando unos hermanos jugaban ¿Acaso ellos nunca jugaron pelota?

A Zipacná y a Cabracán los imaginé como dos gigantes muy fuertes y estoy casi seguro que Cabracán se fue a vivir a un lugar en el fondo de la tierra y desde ahí provoca temblores y terremotos cada vez que recuerda cómo lo engañaron.

Cuando leímos el capítulo donde Jurakán, el Corazón del Cielo, envía a unos a matar a un papá, una mamá y a sus hijos por ser soberbios, mi mamá me detuvo y me contó que también hay otros libros sagrados donde los diferentes dioses envían a

personas a asesinar a otras. Dice que esas creencias eran muy antiguas y ahora las personas estamos aprendiendo a respetar la vida de otros y que hay otras maneras de castigar a los que cometen faltas, como las prisiones.

Termino compartiendo que mi parte preferida de todo el libro fue cuando Hunahpú e Ixbalanqué engañaron a los Señores de Xibalbá y los vencieron. Mi mamá me preguntó si yo creería que Charles Perrault ya había leído el Popol Vuh cuando escribió el Gato con Botas, le contesté que seguramente sí porque el gato engañó al ogro casi de la misma forma que Hunahpú e Ixbalanqué a los Señores de Xibalbá.

 

Fabiola:

Aunque es hermoso y satisfactorio ver a un hijo por decisión propia leyendo un libro, no se compara nunca con la magia de leerlo juntos.

Esta versión del Popol Vuh para niños es perfecta para leerla con ellos en voz alta, haciendo tonos, voces, gestos y además explicando cuándo ocurrió la conquista española y cuánto tiempo después fue transcrito el texto desde la tradición oral hasta un libro.

La sencillez y facilidad para que uno pueda seguir la historia y las bellas ilustraciones me hacen pensar que esa es la versión que me habría gustado leer cuando estaba en el colegio. Por eso es esta ahora mi versión preferida del Popol Vuh, además, porque es la que leí junto con mi hijo.

 

 

 

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